jueves, 15 de noviembre de 2018


Todo lo que sube, tiene que bajar nos  dice la ley de la gravedad lo que resulta apropiado aplicarlo  al contexto actual de la situación difícil por la que a traviesa el presidente Ortega, que a pasos agigantados se encamina al atardecer de su represiva y repudiada  dictadura, donde no solo asesinò y violentò los derechos más elementales de los nicaragüenses, si no que siempre mostró un marcado desprecio por la opinión popular lo cual resulta hasta cierto punto razonable

Pues contaba y sigue contando, con el apoyo incondicional de partidos zancudos y la idolatría de su asamblea, sin dejar de mencionar que el aparato estatal esta convertido en una aplanadora a su servicio y el de su familia, donde no permite reten su autoridad, como todo dictador es ignorante, astuto, aprovechado, un mentiroso con mucho talento y desconfiado empedernido, pues sabe que la gente que tiene a su alrededor tiene su lealtad proporcional a los beneficios que les brinda.


conoce excelentemente bien a los que manipula, pues sabe de sus limitaciones y las aprovecha para regalarles  castillos en el aire, pues se siente el enviado del cielo para gobernar a su pueblo, lo que deja en evidencia su síndrome mesiánico, pero  a pesar de ser tan cruel y sanguinario se encuentra solo, aislado, cada vez más repudiado y rechazado,  pero en su mente trastornada, sigue sintiéndose en enviado del cielo para gobernar a su pueblo sin darse cuenta, que ya su día está viejo y solo le resta, vivir el atardecer de un dictador.

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