Todo lo que sube, tiene que
bajar nos dice la ley de la gravedad lo
que resulta apropiado aplicarlo al contexto actual de la situación difícil
por la que a traviesa el presidente Ortega, que a pasos agigantados se encamina
al atardecer de su represiva y repudiada dictadura, donde no solo asesinò y violentò los
derechos más elementales de los nicaragüenses, si no que siempre mostró un
marcado desprecio por la opinión popular lo cual resulta hasta cierto punto
razonable
Pues contaba y sigue contando, con el apoyo incondicional de partidos zancudos
y la idolatría de su asamblea, sin dejar de mencionar que el aparato estatal
esta convertido en una aplanadora a su servicio y el de su familia, donde no
permite reten su autoridad, como todo dictador es ignorante, astuto, aprovechado,
un mentiroso con mucho talento y desconfiado empedernido, pues sabe que la
gente que tiene a su alrededor tiene su lealtad proporcional a los beneficios que les brinda.
conoce
excelentemente bien a los que manipula, pues sabe de sus limitaciones y las
aprovecha para regalarles castillos en
el aire, pues se siente el enviado del cielo para gobernar a su pueblo, lo que
deja en evidencia su síndrome mesiánico, pero a pesar de ser tan cruel y sanguinario
se encuentra solo, aislado, cada vez más repudiado y rechazado, pero en su mente trastornada, sigue sintiéndose
en enviado del cielo para gobernar a su pueblo sin darse cuenta, que ya su día está
viejo y solo le resta, vivir el atardecer de un dictador.
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